Con “tradición cristiana” no sólo nos referimos a lo que esa
religión considera como fuente de revelación divina, sino que también a la
permeación en Occidente de la cultura y mitología judeocristianas en ámbitos
tales como la moral, la cosmovisión y el floclore. Hay varios cuentos
infantiles que nos han llegado por tradición como parte de nuestro folclore, lo
que explica que todos los conozcamos. Podemos apreciar que en estos cuentos,
legados por tradición, están plasmados
múltiples símbolos y mensajes cristianos, sin embargo los leemos a nuestros
niños pese a que la mayoría de ellos no deberían ser considerados infantiles.
ALECCIONAMIENTO: EL OBJETIVO PRIMERO DE LOS CUENTOS
En primer lugar, debemos establecer que el objetivo de los
cuentos o relatos infantiles suele ser
adoctrinar. Es por eso que estas historias incluyen una moraleja o lección, de
manera que aleccionemos a nuestros niños desde pequeños. Las viejas historias
del Cuco o el Viejo del Saco tienen por objeto asustar a los niños con respecto
a salir solos de casa, hablar con extraños, mostrar mal comportamiento o no
comer lo que les dan de comer, bajo la amenaza de ser secuestrados o cosas
peores. El viejo pascuero y el Conejo de Pascua de Resurrección, a la inversa,
cumplen con el objetivo de simpatizar a los niños con las dos principales
festividades cristianas, llegando éstos a adorar la Navidad y la Pascua desde
pequeños, aun sin comprender el trasfondo religioso. El Trauco, por otro lado,
sería un mito chileno muy similar al íncubo, un demonio hebreo que
violaba a las mujeres. La historia del Trauco cumplía una función aleccionadora
para que las jóvenes y adolescentes no salieran solas de casa, pues el Trauco
las podía atacar y embarazar.
CUENTOS NO APTOS PARA NIÑOS
En segundo lugar, podemos apreciar que muchos de estos cuentos
llamados “infantiles” no deberían ser aptos para niños en absoluto, aunque no
lo notamos porque los hemos oído desde que éramos pequeños, y lo mismo nuestros
padres y abuelos. Es cosa de leer el Flautista de Hamelín. Esta historia narra
cómo el flautista desratiza el pueblo y, al ver que el alcalde se niega a
pagarle los honorarios que habían acordado, ahoga a todos los niños de Hamelín
en un río. El objeto de entretener a niños de 3 o 4 años con una historia que
acaba en genocidio infantil (con ilustraciones) radica en inculcarles una
lección básica de nuestra economía, sobre la sanción de romper un contrato o no
pagar un servicio, principio clave de nuestra convivencia. Lo mismo podría
aplicarse a Hansel y Gretel, historia considerada “infantil”, en la cual dos
pequeños hermanos se convierten en héroes al asesinar a una bruja quemándola en
un horno. Pero volveremos sobre ella más adelante.
BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANOS
Un cuento repleto de símbolos cristianos es Blanca Nieves y
los Siete Enanos. El blanco de Blanca Nieves (blanca como la nieve) representa
la pureza y la sobrevalorada castidad, en una inocente joven que no sobrepasa
la edad estipulada como virginal. La protagonista cae en desgracia, pero es
cuidada y protegida por siete enanos. ¿Por qué siete? El número 7, tan presente
en el Apocalipsis (siete trompetas, siete ángeles, siete iglesias, siete
sellos, siete estrellas, etc.) y en la Biblia en general, incluso en el
Evangelio (perdonarás setenta veces siete) y también en la tradición esotérica
posterior (siete peldaños evolutivos en la reencarnación), representa la
divinidad o, atendiendo a la suma de los lados de un cuadrado (considerado
perfecto) y un triángulo (considerado como nuestras tres dimensiones) a la
relación entre lo humano y lo divino. Así, obtenemos del cuento que la
divinidad protege la pureza. La manzana con que es envenenada Blanca Nieves
representa el pecado. La manzana, en la antigua Grecia, era un símbolo de la
sensualidad y el erotismo, tal como se puede apreciar en la poesía de Safo. También es
asociada a la disputa y sus consecuencias, de acuerdo al mito griego de la Manzana de la
Discordia, que habría originado la Guerra de Troya a partir de una disputa
entre diosas. Al surgir el cristianismo, la manzana es importada de la
simbología griega pero con la connotación de pecado, de manera que incluso el
Fruto del Árbol del Bien y del Mal, que “pecaminosamente” comen Adán y Eva en
el relato creacionista, más tarde sería reemplazado en la tradición por una
manzana. Es decir, el símbolo sensual de la manzana, en la cosmovisión
cristiana, es equivalente al Pecado Original (seguramente sin perder su connotación
sexual). La bruja ya sabemos lo que significa: la antigua excusa cristiana para
quemar a mujeres creyentes acusadas de pactar con el diablo con fines tan
perversos como agriarle la leche a su vecina. Esta idea de lo diabólico
evoluciona en el tiempo desde la persecución a los paganos, hasta consolidar la
visión del paganismo como práctica satánica en la figura de la bruja.
Blanca Nieves ve a la bruja disfrazada para así “tentarla” a
pecar. Esto es muy similar a Caperucita Roja que, en su inocencia, ve al lobo
disfrazado de inocente abuelita. Sólo que Caperucita es menor que Blanca Nieves
y es roja, no blanca, pues representa la madurez de la púber que aún es niña
pero ya tiene cuerpo de mujer, mientras que el lobo representa, como
depredador, a los hombres, cuyas verdaderas intenciones escapan a Caperucita.
Volviendo a Blanca Nieves, la divinidad (los enanos) acaba asesinando a la
bruja como castigo por envenenar la pureza con el pecado. Algunas versiones
incluyen un rayo que la destruye, siendo el rayo símbolo de la divinidad en
todas las culturas, desde Zeus, Perun y el oriental Hadad, al canino Xolotl,
Yavé y la Providencia.
LOS TRES CHANCHITOS
En el caso de los tres chanchitos, el relato cuenta que un
chanchito construyó su casa de paja; otro de madera; pero sólo el que construyó
su casa de piedra o roca pudo resistir los soplidos del lobo. Este cuento es
una adaptación infantil de la parábola de Cristo en Mateo 7, 21-28, según la
cual el hombre que sigue las enseñanzas cristianas es como el que edifica su
casa sobre roca, la que prevalecerá contra el viento y la tormenta, mientras
que el que la construye sobre arena sucumbirá. Ambos relatos tienen la misma
enseñanza: construid sobre roca y resistirás las adversidades. ¿Por qué sobre
roca? En el Antiguo Testamento hay varias referencias a Dios como “la roca”.
Sin embargo, atendiendo a que la primera versión del Nuevo Testameno fue
escrita en griego, podríamos reemplazar en esta parábola la palabra “piedra” o
“roca” por su traducción al griego “pedro”, de manera que obtendríamos: “la
casa construida sobre Pedro jamás será derribada”. En otras palabras, un
mensaje de supremacía de la Iglesia Católica, para legitimar la sucesión papal
encomendada por Jesús originalmente a Simón y a la Iglesia misma desde
entonces: “Y ahora yo te digo: Tú eres
Pedro (o sea piedra), y sobre esta edificaré mi Iglesia; los poderes de la
muerte jamás la podrán vencer” (Mt 16, 18). Por supuesto, la aclaración
Pedro/piedra se incluyó en las traducciones del griego a otras lenguas.
TÍPICOS ELEMENTOS COMUNES
* Nobleza de nacimiento, la belleza de cuna
En la mayoría de los cuentos infantiles hay dos elementos
comunes: las brujas y los príncipes y princesas. Los mensajes que han
transmitido a los niños son, uno, el principal mensaje cristiano durante la
Edad Media: “¡Matad a la bruja! ¡Quemadla!”. Ejemplos son Hansel y Gretel, la
Bella Durmiente, Blanca Nieves, etc. En la Bella Durmiente la bruja se
convierte en un dragón, símbolo en Occidente del mal (como la criatura del Apocalipsis)
y de la batalla entre el dragón y un héroe, llegando los católicos, por
tradición, a venerar a San Jorge, santo
católico, nada menos que por matar a un dragón. El otro viejo mensaje guarda
relación con mostrar la virtud de la nobleza y simpatizar a los niños con ella,
establecida y validada históricamente mediante la unción a un rey o príncipe
por parte de un obispo o papa que instituía el cargo. Es por eso que los héroes
que vemos son príncipes derrotando al mal para salvar a una princesa, que
representa la virtud, tal como los príncipes y reyes luchaban contra el
paganismo y los enemigos de la Iglesia. Hay variantes como la Cenicienta que,
por su virtud y la del príncipe, asciende socialmente; y, la del príncipe
convertido en sapo, esperando por recobrar su aspecto mediante un beso de amor.
Así, se establece la idea de que el título noble es algo intrínseco a quien lo
ostenta y no puede ser derrocado ni siquiera con brujería o mediante el poder
del demonio. De esta manera, el príncipe, señor feudal o noble cuyas acciones
son reprochables, habrá de ser respetado de todas formas, pues cambiará sus
actos en la medida en que sea amado pese a sus acciones. Esto es muy similar al
pasaje del sacrificio de Isaac, donde el dios judío demuestra que debe ser
obedecido ciegamente, al punto de que Abraham sacrifique al único hijo capaz de
darle la descendencia prometida por la divinidad. O el libro de Job, donde el
personaje da muestras de una fidelidad intachable pese a todos los tormentos
que Dios enviaba para probarlo, tal como haría con el pueblo de Israel,
sometiéndolo a tormentos para demostrarle que aquél era su pueblo elegido. En estos cuentos infantiles, los autores
legitiman la nobleza y los títulos de la Corona tal como el cristianismo hizo
ungiendo los obispos y papas a aquellos gobernantes.
En este caso, la princesa representa al pueblo, que ha de
validar al príncipe con su fidelidad al título real, pese a su asco “ante el
sapo”. Es por eso que el autor moderno Hans C. Andersen, a través del Patito
Feo, rescata la idea de la belleza interior en contraposición a la belleza
social, estableciendo esta última como una convención. Andersen (S. XIX) se
crió en una extrema pobreza, lo que determinó los mensajes de muchos de sus
cuentos.
* Esas malas madres
Volviendo a los relatos de origen católico, la madrastra de
cuentos como la Cenicienta, por otro lado, representa a “la impostora, la madre
que es falsa”. ¿Por qué otro motivo las madrastras habrían de ser tan crueles y
perversas en estos relatos? Porque la Madre Iglesia y la Madre Virgen “protegen
a sus fieles”, y no pueden ser reemplazadas. Cualquiera que lo intente es una
“madrastra”, falsa doctrina o falso profeta. Por último, el hada madrina es un
ser que se toma de la mitología celta (el hada o espíritu de la naturaleza) y
se fusiona con otro ser imaginario: el angelito de la guarda. El resultado es
un hada “madrina” que protege a un niño o joven en particular.
* El oficialismo, orden establecido y pecados capitales
Hansel y Gretel es también un cuento muy aleccionador en
materia de moral cristiana. Al entrar los pequeños hermanos en el bosque,
alejándose de la casa paterna/pater/oficialismo, se precipitan a la desgracia.
Pese a que dejan un rastro de migajas de pan (representando que, aun yendo por
mal camino, mantienen un lazo con el orden establecido) caen en desgracia al
sucumbir a un pecado capital: la gula. La inocente anciana resulta ser una
bruja perversa. Aunque no hay indicios en el cuento de que practique la
brujería, ella “se come a los niños”. Este elemento demonizador de lo pagano,
posteriormente tendría ciertos derivados, como la idea de que los ateos y los
comunistas no quieren a sus hijos (esta última creencia presente en los EEUU
durante la Guerra Fría) o la idea más reciente de que parejas homosexuales son
incapaces de criar niños; sólo serían capaces de dañarlos y traumarlos de por
vida. Finalmente, ambos niños se convierten en héroes al burlar a la bruja y
arrojarla dentro del horno para morir calcinada. Es decir, el mensaje es claro
y rotundo: pese a haber “perdido el camino” de lo correcto moralmente, la
redención es tan sencilla como quemar una bruja. Esta redención puede lograrse,
de acuerdo a la época, mediante el rechazo a cualquier práctica contraria al
cristianismo, o literalmente, acusando a alguien de brujería para que lo maten.
Éste es el análisis de algunos de los cuentos que surgieron
en el folclore de Occidente y que se han transmitido de generación en
generación, siendo puestos por escrito por autores como los hermanos
folcloristas Jacob y Wilhelm Grimm. Estas historias han servido para adoctrinar
a los niños mediante mensajes cristianos o lecciones morales de origen
cristiano.
Si usted es ateo y quiere una educación secular para sus
hijos, puede optar por ponerles Discovery Kids o leerles autores infantiles
modernos o contemporáneos, pues, entre muchos de los cuentos que nos ha legado
la tradición y la Biblia, no hay mucha diferencia. A esto sumemos que varios
cuentos sobre brujas y ogros que matan a los pequeños para comérselos no son
precisamente aptos para niños ni “educativos” en cuanto a los parámetros que
manejamos ahora de lo que podemos querer para nuestros hijos.
Tiene información muy errada, se equivoca en varios párrafos además que no tiene mucho sentido, incluso sugiriendo dejar autores y cuentos clásicos ya que un niño no entiende tanta simbología, un niño se fija en la situación no en el objeto, además que tiene muchas faltas de ortografía muy notables, tampoco digo que soy el mejor en ortografía pero si note varios errores
ResponderEliminarQue artículo más soso y errado. Un análisis muy patético de los cuentos infantiles.
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